La prosperidad de África pasa también por crear empleos decentes y atractivos para la juventud rural

El Director General de la FAO: hay que buscar oportunidades en toda la cadena alimentaria, incluidos los mercados urbanos

22 de febrero de 2018, Jartum – La agricultura continuará generando empleo en África durante las próximas décadas, pero hay que buscar oportunidades más allá, a lo largo de la cadena alimentaria, para crear suficientes puestos de trabajo para los jóvenes, en particular en las áreas rurales, afirmó hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
 
“Los países deben promover –añadió- una transformación rural y estructural que fomente sinergias entre actividades agrícolas y no agrícolas y que refuerce los vínculos entre las áreas rurales y las ciudades”. Esto incluye el procesamiento, envasado, transporte, distribución, comercialización y provisión de servicios, en especial de servicios financieros y comerciales.
 
Las declaraciones de Graziano da Silva han tenido lugar en la Conferencia Regional de la FAO para África, centrada principalmente en la creación de empleos decentes y atractivos en el continente “más joven” del mundo, teniendo en cuenta la edad media de su población.
 
Los cálculos apuntan a que se deberán crear hasta 12 millones de nuevos empleos anuales para absorber a los nuevos candidatos a entrar en el mercado laboral en los próximos 20 años. En la actualidad, alrededor del 54 por ciento de la mano de obra en África depende del sector agrícola para su sustento, ingresos y empleo, sobre todo en la agricultura familiar.
 
Con más gente que se traslada a las ciudades, crecerá la demanda en los mercados de alimentos urbanos, lo que a su vez puede generar oportunidades de empleo en todas las actividades relacionadas con la agricultura. Pero la FAO cree que debe hacerse más para crear empleo no agrícola en las zonas rurales, incluidos el agroturismo y otros servicios.
Graziano da Silva explicó que el programa regional de la FAO, “Empleo juvenil: habilitar empleos decentes en la agricultura y en los agronegocios”, va más allá del trabajo en las explotaciones agrícolas y busca desarrollar la capacidad y ampliar los enfoques exitosos a través de la formulación de programas y alianzas.
 
“Ahora más que nunca –dijo- necesitamos alianzas estratégicas para integrar a la Unión Africana, el Banco Africano de Desarrollo, el sistema de las Naciones Unidas y otros socios para el desarrollo”.
 
Sin embargo, advirtió que los mercados urbanos más rentables pueden conducir a una concentración de la producción alimentaria en grandes explotaciones comerciales, y también a la creación de cadenas de valor dominadas por los principales procesadores y minoristas.
“En esta competición, los pequeños campesinos y agricultores familiares necesitan políticas y regulaciones específicas. Esto incluye proporcionar acceso a insumos, crédito y tecnología y mejorar la tenencia de la tierra”, añadió el responsable de la FAO, recordando cómo los programas de protección social -incluidas las transferencias en efectivo-, pueden vincular la compra pública de alimentos con la producción agrícola familiar.
 
Hambre, sobrepeso y obesidad
 
Lograr el Hambre Cero sigue siendo la principal prioridad de la FAO, que comparte con los líderes africanos que a través de la Declaración de Malabo se comprometieron a erradicar la subalimentación crónica en su continente para 2025: en África subsahariana casi una de cada cuatro personas sufre de subalimentación.
 
En su discurso, Graziano da Silva subrayó que, según el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, lograr el Hambre Cero debe ir acompañado de la eliminación de todas las formas de malnutrición, una de cuyas consecuencias es la actual epidemia mundial de sobrepeso y obesidad.
 
“La situación también es preocupante aquí en África”, añadió, citando una estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS)de que las enfermedades relacionadas con la obesidad podrían convertirse en la mayor causa de muerte en África en 2030.
 
La rápida urbanización y el consumo de alimentos altamente procesados son las principales causas del aumento del sobrepeso y la obesidad. Sin embargo, muchas personas en África desconocen que ciertos alimentos no son saludables o que el sobrepeso representa un riesgo para la salud, según el responsable de la FAO.
 
Instó por ello a la necesidad de “actuar en dos frentes” centrándose tanto en la producción como en el consumo de alimentos saludables, y pidió que se garantice una publicidad más responsable y campañas de información sobre los productos alimentarios. “Las personas deben ser conscientes de los pros y los contras de lo que están comiendo, y también ser alentadas a consumir alimentos saludables”.

 La FAO colabora estrechamente con un amplio abanico de países de todo el mundo que han solicitado formalmente la ayuda de la Organización para obtener financiación del Fondo Verde para el Clima. Hasta la fecha la FAO ha apoyado el desarrollo de propuestas completas de proyectos en Benín, Gambia, Kenya, la República del Congo y Tanzania, a la vez que existen varias otras propuestas de preparación.
 
Se necesitan más fondos para luchar contra el gusano cogollero
 
África resulta especialmente afectada y vulnerable al cambio climático, lo que está contribuyendo a aumentar los brotes de plagas y enfermedades, con un ejemplo concreto en el gusano cogollero del maíz, que se detectó por primera vez en el continente en 2016 y ahora se ha extendido rápidamente a casi todos los países subsaharianos, recordó Graziano da Silva. La plaga –cuyas polillas pueden volar hasta 100 km por noche- afecta principalmente al maíz, pero también al arroz y al sorgo, así como algodón y algunas hortalizas.
 
La FAO ha estado en primera línea para responder a la amenaza del gusano cogollero y presentó recientemente una guía para los agricultores sobre cómo combatir esta plaga transfronteriza.
 
Al mismo tiempo ha desarrollado una aplicación móvil llamada FAMEWS que permite a los campesinos detectar, monitorear y rastrear la propagación de la plaga directamente en sus campos. FAMEWS ya se está utilizando en Madagascar, Sudáfrica y Zambia, y está previsto que se extienda al resto de África a fines de febrero.
 
Aprobado por la Unión Africana, el Programa de Acción de la FAO para el gusano cogollero, tiene como objetivo conseguir los fondos que tanto se necesitan, según Graziano da Silva. “Hasta ahora –indicó- hemos recaudado 13 millones de dólares EEUU. La FAO ha aportado 10 millones de dólares de su propio presupuesto. Pero necesitamos mucho más”.

Fuente: FAO

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