Recolectores de Curarrehue elaborarán barra energética de frutos nativos


Desarrollar un modelo de negocio para producir alimentos saludables mediante la asociatividad y el encadenamiento productivo, es el objetivo de un proyecto que se encuentra ejecutando, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), la agrupación mapuche de recolectores de frutos silvestres Lof Kumikir, de la comuna de Curarrehue, Región de la Araucanía.


La iniciativa, bautizada Mawiza Newen, fue adjudicada en el marco de una convocatoria temática de FIA orientada a impulsar iniciativas de innovación que promuevan la agregación de valor a la materia prima proveniente del sector agrario y forestal nacional, para fortalecer la industria chilena de alimentos saludables.
“Con Mawiza Newen proponemos un modelo de agronegocio asociativo y sustentable, por medio de la organización de hombres y mujeres recolectores de frutos silvestres, descendientes de una familia mapuche que durante generaciones ha construido su devenir a través de la vinculación armónica y respetuosa con la naturaleza y el bosque nativo”, explicó Ulises Caamaño Kumikir, joven presidente de Lof Kumikir.
La matriarca del clan, Edith Kumikir, contó que el germen de este proyecto se remonta a 2009, cuando miembros de la agrupación viajaron a Guatemala en el marco de una gira técnica apoyada por FIA, donde conocieron la experiencia de la cultura indígena Nahuas en agricultura orgánica, gastronomía tradicional y etnoturismo. “Ahí nos dimos cuenta de la extraordinaria riqueza que teníamos nosotros y pensamos de qué manera podíamos valorizarla y sacarla a la luz”, afirmó.
Ulises Caamaño agrega que el primer paso será elaborar una barra energética en base a frutos secos nativos (piñones, castañas y avellanas), relleno con una sustancia agridulce de arrayán, rosa mosqueta, murta, mora, maqui y lleuque, además de otras frutas introducidas como frambuesas, manzanas o ciruelas, según disponibilidad de temporada.
Posteriormente se buscará su inserción y posicionamiento en el mercado de alimentos saludables, donde estudiantes y turistas son los segmentos objetivos. También se cumplirá con la normativa alimentaria vigente, que exige ofrecer al consumidor alimentos con bajo índice en grasas, azúcares, sodio y calorías.
Por último, se espera etiquetar el producto con un sello que destaque características y atributos diferenciadores, como lugar de origen, sustentabilidad, ausencia de contaminantes y pertinencia cultural, todo lo cual será relevado a través de las estrategia de comercialización y marketing.
Para la bioingeniera a cargo del diseño y formulación del producto, Gabriela Aravena, su potencial para insertarse en el mercado de alimentos funcionales es enorme. “Lo interesante es que el modelo de agronegocios que se está generando es aplicable a cualquier producto. Hoy se está pensando en una barra proteica, pero mañana podrían ser bebidas energéticas y snacks”.

Oportunidad y estrategia

Con un territorio rico en materias primas alimentarias de alta calidad, Chile hoy es considerado uno de los países con mayor potencial para desarrollar una industria de alimentos saludables, segmento que ha experimentado un crecimiento explosivo en prácticamente todos los países del mundo. “El aumento de la demanda por este tipo de productos ha abierto un nuevo nicho de innovación, que se proyecta como una gran oportunidad para productores y recolectores, razón suficiente para que en FIA la hayamos definido como una de nuestras principales líneas de fomento”, dijo el encargado regional de FIA, Claudio Soler.
Según el profesional, la variada carta de frutas, berries, cereales, semillas, hortalizas, leguminosas y algas que provienen de nuestros suelos, bosques y mar constituyen una gran ventaja para el desarrollo de estos productos, ya que de ellos se pueden extraer fibras, antioxidantes, endulzantes naturales, proteínas vegetales y diferentes aceites.
Sostuvo que para el éxito de este desafío son fundamentales la cooperación, el encadenamiento productivo y la asociatividad: “Ésta es la fórmula que les permite a las comunidades campesinas trabajar en red, generar sinergias y fortalecerse con miras a su inserción en las cadenas de valor”.

Autor: Prensa FIA


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