Apicultor de Marchigùe Ernesto Cornejo: “Con las abejas que me queden seguiré luchando


Ernesto Cornejo Palominos es uno de los productores usuarios de INDAP afectados por los incendios forestales. Su terreno se ubica en el sector La Quebrada de la comuna de Marchigüe, Región de O’Higgins, donde el fuego arrasó con todo a su paso y poco pudieron hacer sus habitantes para salvar siembras, árboles, animales e incluso viviendas.


El agricultor cuenta que prácticamente no pudieron recibir ayuda para combatir las llamas. El fuego era tan violento que se formaba un túnel que no dejaba pasar a los carros de Bomberos. Debido a eso, y como pudieron, armaron cortafuegos y mojaron las casas para rescatar lo más posible. El escenario actual habla por sí solo: una enorme mancha negra cubre el predio y sólo los ESPINOS comienzan a reverdecer tímidamente.

El incendio se extinguió solo y dejó a su paso tristes secuelas. El galpón que había fabricado con sus hijos el año anterior sufrió pérdida total, la noria que abastece de agua a su familia y animales quedó destruida y sucia y los cierres de su terreno desaparecieron por completo. En cuanto a sus animales, de 34 cabras solo se salvaron cuatro y las demás murieron calcinadas en los cerros, dos yeguas con sus pequeños potrillos sufrieron graves quemaduras y más de la mitad de sus colmenas, que en ese momento estaban en Nilahue, no pudieron rescatarlas.

"Tenemos que salir adelante", dijo firme Cornejo el día que recibió el bono de INDAP, de un millón de pesos, que apoya a los pequeños agricultores afectados por los incendios para iniciar el proceso de reconstrucción. Y es que su actitud, así como la de otros campesinos, ha sido de resiliencia, pese al impacto que esta catástrofe significó en la economía familiar.

“Era nuestra fuente de trabajo y es una gran pérdida, porque más o menos son 6 millones de pesos, en material y abejas, lo que perdimos. Pero con las que me quedan seguiré luchando. El problema es que ahora no tienen comida”, indicó el apicultor, que al igual que otros pequeños productores vende la miel a empresas más grandes para su comercialización.   

Las abejas y el ecosistema

Tras los incendios, muchas colmenas desaparecieron y las que se salvaron corren riesgo de morir, ya que no tienen de dónde obtener alimento. Para enfrentar esta situación se han llevado a cabo campañas de organizaciones campesinas como la RED APÍCOLA NACIONAL y privados para donar azúcar, la que tiene diferentes PUNTOS DE ACOPIO en las regiones afectadas.

Esto permitiría pasar la emergencia; sin embargo, no es una medida definitiva y la preocupación es sobre todo por la próxima temporada. “El próximo año no va a haber floración. Se murió todo el bosque nativo”, dijo preocupado Ernesto Cornejo. Así como la flora es alimento para las abejas, éstas son vitales en la polinización y recuperación de lo perdido.

Una de las medidas a mediano plazo es recuperar los bosques nativos y la flora endémica que contribuyen en la producción de miel. Mientras tanto, desde la Red Apícola Nacional están evaluando la posibilidad de trasladar algunas colmenas a la Región de los Lagos, donde están ofreciendo terrenos con agua, flora y pastizales, para que así las abejas puedan salir de sus colmenas a pecorear.

Pese a que es necesario reforestar, el agricultor hace un llamado a “evitar que existan bosques tan cercanos a las casas. Tendría que haber por lo menos un kilómetro o 500 metros desde el bosque a las casas, porque plantan en el deslinde y eso no debiera estar permitido”, señaló refiriéndose a las plantaciones de pino y eucalipto.

Fuente INDAP

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